La Navidad llega cada año con luces, villancicos, cenas infinitas y… tú, con tu manual del FIR debajo del brazo como si fuera un villancico más. No, no eres un bicho raro: eres un opositor en plena recta final. Y aunque las fiestas están llenas de tentaciones (turrones, siestas eternas y “¿y tú qué, cuándo acabas de estudiar?”), también pueden ser un momento perfecto para demostrarte que la constancia es tu mejor regalo.
Constancia navideña: más difícil que decir no a los mantecados
El examen FIR suele celebrarse justo después de Navidad, y eso convierte diciembre en un mes clave. Sabemos que resistirse a las comidas familiares es casi tan complicado como memorizar una tabla de reacciones adversas, pero recuerda: cada hora de estudio en estas fechas es oro puro.
La buena noticia es que no necesitas sacrificar todo. No se trata de pasar las fiestas como un monje encerrado, sino de mantener un ritmo que te haga llegar al examen sin remordimientos (y sin indigestiones).
Cómo estudiar en Navidad sin perder la cordura
Aquí van algunos consejos prácticos para que los apuntes no acaben de adorno en el Belén:
- 📅 Planifica con cabeza. Si sabes que el 24 tienes cena familiar, no intentes hacer un simulacro de 4 horas ese día. Spoiler: no va a pasar.
- 🎯 Elige lo esencial. Mejor repasar un tema clave que intentar abarcarlo todo con la mente puesta en el roscón.
- 🕰️ Sesiones cortas, intensas y al grano. Tres horas concentrado valen más que seis mirando apuntes y pensando en mazapanes.
- ✨ Permítete celebrar. Un descanso bien merecido también forma parte de tu preparación. Sí, bailar un villancico quema calorías y reduce estrés.
¿Por qué sí merece la pena abrir los apuntes en Navidad?
Porque el FIR no entiende de fiestas. Ni de uvas, ni de Reyes Magos. Lo que estudies ahora es confianza extra para enero. Además, estudiar en estas fechas tiene un plus: demuestra tu capacidad de resistencia.
Imagina la escena: tú con tu termo de café y tus esquemas, mientras la tele suena de fondo con “Campana sobre campana”. Puede que no sea la estampa más instagrameable, pero cuando tengas tu plaza FIR, esa constancia será la verdadera foto de éxito.
Tips para mantener la motivación con espíritu navideño
- ✍🏼 Escribe tu carta a los Reyes Magos. Pon arriba de todo: una plaza FIR. El resto, calcetines y colonia, ya caerán.
- 🎶 Pon música navideña de fondo. Eso sí, cuidado: si cantas “Los peces en el río” a pleno pulmón, el repaso se te va al garete.
- 🎄 Adorna tu escritorio. Unas luces pueden darle un toque menos dramático al repaso de farmacocinética.
- 🧘🏼 Recuerda desconectar. Un paseo por las luces de la ciudad puede ser más productivo para tu memoria que releer un tema con la cabeza saturada.
Disfrutar sin culpa (sí, se puede)
No olvides que la Navidad también es para ti. El secreto está en equilibrar: estudia cuando toque, disfruta cuando lo hayas planificado. Así evitas la culpa de estar en una cena pensando en los apuntes o, peor aún, estar delante de los apuntes pensando en la cena.
No te castigues por descansar: una mente fresca rinde mejor que una que funciona a base de café y villancicos tristes.
Conclusión: tu mejor regalo no cabe bajo el árbol
La Navidad es ilusión, luces y familia. Para ti, además, es una prueba de disciplina y motivación. Y aunque no lo parezca, lo que estás haciendo tiene mucho mérito: mientras otros se debaten entre cava o sidra, tú eliges futuro.
🎁 El mejor regalo que puedes darte es llegar al examen con la tranquilidad de haberlo dado todo.
🌟 Cada página repasada hoy es un paso más hacia tu plaza FIR.
💪🏼 Y cada día de constancia demuestra que estás hecho para superar este reto.
Así que adelante: combina apuntes con polvorones, simulacros con brindis y repasos con villancicos. Porque, al final, el verdadero brindis será el que hagas cuando veas tu nombre en la lista de admitidos al FIR.