La preparación del FIR no es solo un desafío académico: es también un reto personal, emocional y, en muchos momentos, mental. Si estás en pleno curso, es probable que empieces a notar el peso del camino. Llevas meses de esfuerzo, estudio constante, simulacros que a veces suben y otras bajan, repasos que se acumulan… y el examen aún no se ve del todo cerca.
Pero si hay algo que necesitamos recordarte hoy es esto:
Estás en el camino correcto.
Lo que sientes es normal.
No estás solo/a.
Este post no va a hablarte de técnicas de estudio, ni de los temas más preguntados, ni siquiera de planificación (aunque todo eso lo veremos en otros artículos). Hoy queremos hablarte a ti, que estás atravesando una etapa clave del curso y necesitas algo que a veces se olvida en la oposición: una dosis de motivación realista.
La motivación no siempre viene en forma de energía
Es fácil pensar que estar motivado significa estudiar con ganas, con foco, con ilusión todos los días. Pero eso es un mito. La motivación verdadera, la que te sostiene a largo plazo, no siempre se siente como entusiasmo. A veces se parece más a la disciplina silenciosa, a ese gesto de seguir adelante cuando estás cansado, cuando dudas, cuando parece que no avanzas.
La motivación no siempre se nota, pero se demuestra.
Y tú, que sigues aquí, que te levantas cada día a estudiar, que haces test, que corriges errores… tú la estás demostrando.
Cuando parece que no mejoras, estás mejorando
Muchos opositores nos dicen en esta fase del curso que sienten que no retienen, que olvidan demasiado, que los resultados de los simulacros no reflejan su esfuerzo. ¿Te suena?
Aquí va una verdad importante: el aprendizaje real no es lineal. Hay momentos en los que parece que no mejoras, pero sí estás mejorando. Tu cerebro necesita repasar, equivocarse, volver a intentarlo, conectar conceptos. Cada vez que fallas en una pregunta y la revisas, estás construyendo conocimiento duradero. Cada vez que haces un simulacro, aunque no sea tu mejor resultado, estás entrenando una parte esencial del FIR: la estrategia y la resistencia mental.
Así que no subestimes los pequeños avances. No todo lo que importa se ve en un número.
Recuerda por qué empezaste
En los momentos de bajón es clave volver al origen: ¿por qué decidiste presentarte al FIR? ¿Qué te motivó a embarcarte en esta preparación tan exigente?
Seguramente hay detrás un sueño profesional, una vocación por la farmacia hospitalaria, por la investigación, por la atención al paciente, por formar parte de un sistema sanitario donde el farmacéutico tiene un papel clave. O quizá fue la curiosidad científica, el deseo de seguir aprendiendo y especializarte.
Sea cual sea tu razón, esa sigue ahí, aunque a veces el cansancio la nuble. Recuérdala. Escríbela si hace falta. Porque en los momentos difíciles, no gana quien sabe más, sino quien sabe por qué sigue luchando.
Estás desarrollando mucho más que conocimientos
A veces pensamos que la oposición solo es acumular información. Pero en realidad, este proceso también te está transformando. Estás entrenando habilidades que te acompañarán toda la vida: disciplina, organización, capacidad de adaptación, gestión del tiempo, tolerancia a la frustración, resiliencia.
No solo estás preparando un examen. Estás preparándote para una profesión de alta responsabilidad, y lo estás haciendo cada día, incluso en aquellos en los que sientes que no puedes más.
No estás solo/a
En la oposición puedes sentirte aislado, pero no lo estás. Estás rodeado de personas que están atravesando lo mismo que tú: dudas, altibajos, autoexigencia. Comparte lo que sientes con tus compañeros, busca apoyo, habla con tus tutores. Nosotros, como academia, estamos aquí para acompañarte no solo en lo académico, sino también en lo emocional.
Y además, tienes algo aún más poderoso: la versión de ti que ya consiguió plaza, la que te espera al otro lado del examen. Esa versión existe. Y está formada, paso a paso, por lo que haces hoy.
Confía. No pares. Estás más cerca de lo que crees.
El FIR no es fácil. Pero tampoco es imposible.
Y tú no estás improvisando: te estás preparando.
Sigue. Confía. Persevera.
Nosotros creemos en ti.
Solo falta que tú también lo recuerdes.